Ojo seco
El ojo seco es una de las patologías más frecuentes y que tienen mayor impacto en la calidad de vida de los pacientes.
La secreción de lágrima es necesaria para la correcta lubricación y protección de la superficie ocular, además de para el correcto funcionamiento visual.
Tenemos diversas glándulas que secretan los distintos componentes de la lágrima natural, distintas enfermedades sistémicas (enfermedades reumatológicas o autoinmunes) o patologías oculares (blefaritis, conjuntivitis, infecciones, medicaciones,…) pueden alterar esta secreción, produciendo un síndrome de ojo seco.
¿Qué síntomas produce el ojo seco?
Los principales síntomas son la sensación de tener algo dentro del ojo, la molestia, enrojecimiento, picor, ardor, visión borrosa…. Muchos de estos síntomas pueden coincidir con otras patologías, por eso es necesario su exploración para poner el tratamiento adecuado.
¿Qué tratamiento es el más adecuado?
En base del origen del ojo seco y de sus posibles causas se establecerá un tratamiento concreto. La mayoría están basados en sustitutivos lagrimales artificiales (lágrimas artificiales), de la variedad existente en el mercado su oftalmólogo le indicará cual es la más adecuada para su problema.
En casos de ojos secos más graves puede ser preciso el tratamiento con otros fármacos.